Dios es real, está activo en nuestro mundo y quiere que lo conozcas.
Entonces, ¿cuál es el verdadero obstáculo para esta relación?


Es fácil mirar los problemas del mundo y nuestro propio desorden interno y decidir que, si hay un Dios ahí fuera, no está interesado ni comprometido en nuestras vidas. Nada está más lejos de la realidad.

Puede ser doloroso admitirlo, pero en el fondo, por mucho que nos gustaría pensar que somos buenos en general, sabemos que nuestra principal inclinación es por nuestros propios intereses, placer y prioridades. Pero estamos cansados de tratar de encontrar sentido a cosas sin sentido, cansados de depender de los demás para nuestro valor. Sabemos que tiene que haber una mejor manera de vivir esta vida. En el interior, incluso más cerca del alma de lo que podemos imaginar, tenemos este sentido de lo que está bien y lo que está mal. Sabemos cómo es la justicia y conocemos el aguijón de la injusticia.

Probablemente hayas sentido un empujón hacia hacer el bien en momentos en los que sabes que sería lo mejor para ti hacer lo contrario. ¿De dónde viene este sentido innato del bien y el mall? ¿Esa creencia de que hay algo más ahí fuera? Esta voz viene de Dios. Fuimos creados para tener este anhelo de Dios. Él ha estado con nosotros en cada paso del camino, desde antes de nuestro primer paso. Él nos ofrece la esperanza de algo mejor en esta vida y la esperanza de una vida más allá de la muerte para aquellos que confían en Él. Lo asombroso de un camino hacia conocer a Dios es que Él ya nos conoce, nos ama y ha estado trabajando en nuestras almas desde antes de que naciéramos. Dios está esperando que lo invitemos a transformar nuestros corazones, mentes y almas.
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Da tus próximos pasos en la Fe


Estás más cerca de lo que crees de conocer a Dios y tener una verdadera relación con Él.

Dios quiere convertirte en una nueva persona.


Comienza una nueva vida
  • Dios tiene un plan para tu vida. Pero el pecado (cualquier acción, actitud o pensamiento deliberado que vaya en contra de Dios) nos separa de su plan. Por eso, Dios creó un medio para que nosotros, como seres humanos imperfectos, pudiéramos conocerle, a pesar de que Él es perfecto. El hijo de Dios, Jesucristo, caminó en esta tierra como un ser completamente divino y completamente humano. Él sufrió una muerte sacrificada para que nosotros fuéramos justos ante Dios, y derrotó a la muerte al revivir tres días después (la resurrección). A través de Jesús, todos podemos ser purificados de nuestro pecado y recibir el regalo de la vida eterna.
  • Acércate: Aceptar este don comienza con admitir tu necesidad de Dios. Debes llegar a un punto en el que entiendas que simplemente no puedes hacerlo por ti mismo, que persigues sueños que fracasan, que nunca encuentras satisfacción en nada ni en nadie, que no eres lo suficiente para ser lo bastante bueno y que clamas por algo más grande por lo que vivir.
  • Examina tu interior: La Biblia afirma claramente (y todos podemos estar de acuerdo basándonos en nuestras propias experiencias de vida) que todos somos pecadores, todos necesitamos que Jesús quite la mancha de nuestros pecados. “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).
  • Entiende el regalo: La Biblia también proclama la buena noticia: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

Todos pueden recibir el perdón de Dios.


Puedes recibir el perdón si confías en que Dios realmente puede quitar tu pecado y borrar toda tu historia pasada. Él promete guiarte a través de los desafíos de la vida y permitirte vivir una vida pura y santa: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10). No podemos ganar esta salvación; no hay nada que podamos hacer por nuestro propio poder para merecerlo. Somos salvos por la gracia de Dios, cuando simplemente tenemos fe en su Hijo, Jesucristo. Todo lo que tienes que hacer es reconocer que eres un pecador, que Jesús murió para limpiarte de tus pecados y pedirle perdón. ¡Él ya te conoce y te ama más allá de lo que puedes imaginar! Él está dispuesto a extenderte el perdón que te liberará de tus cargas.

¿Listo para dar tus próximos pasos?


Orar a un Dios invisible puede ser intimidante al principio. Eventualmente, se sentirá tan natural como respirar. Empieza simplemente hablando con Él. Esta oración es el comienzo de aceptar el maravilloso regalo de la salvación en Jesucristo:

Dios mío

Sé que he cometido errores en mi vida. He pecado, y eso ha creado una barrera entre Tú y yo. Necesito tu perdón. Sé que no puedo hacerlo solo. Quiero alejarme de todo lo que sé que está mal. En este momento, elijo confiar en Ti. Elijo aceptar Tu regalo gratuito de la vida eterna, y creo que Tu muerte sacrificada me liberó de este equipaje de pecado que he cargado durante tanto tiempo. Por favor, entra en mi vida, renuévame, ámame y quédate conmigo para siempre.

Gracias, Jesús.

Amén.

Cuando le das la bienvenida a Dios, Él a su vez se entregará completamente a ti, sin ataduras. Gracias al acto de sacrificio desinteresado de Jesucristo por nosotros, podemos tener este tipo de relación auténtica con Él.

¿Oraste esta oración?


Si es así, ¡bienvenido a la familia de Dios!

Estamos emocionados de que te hayas comprometido a recibir a Jesucristo como tu Salvador. ¡Este es el día más importante de tu vida! Te animamos a que tomes una segunda decisión ahora. Queremos orar por ti y ayudarte a crecer en tu relación con Cristo. ¡Tómate un momento para compartir con nosotros para que podamos celebrar tu nuevo compromiso juntos! ¿Tiene preguntas? Escríbenos para que podamos ayudarte a ir más allá en tu búsqueda de conocer a Cristo. Nuestro equipo responderá y le encantará conectarte con una iglesia local cercana.

Nunca volverás a ser el mismo.

Dios no se aloja en nosotros simplemente para limpiar las cosas. Él quiere transformarte completamente en la persona que Él diseñó que fueras. A medida que comiences este viaje, verás cambios. Tus actitudes, hábitos, elecciones y deseos cambiarán para reflejar la presencia de Dios en tu vida. Cambiar puede ser doloroso y puede llevar tiempo, pero Dios te dará lo que necesitas para dar esos pasos y convertirte en alguien nuevo.