11 de octubre de 2022
SALMO 106:1-12 NVI
¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
Dad gracias al Señor, porque él es bueno;
su gran amor perdura para siempre.
¿Quién puede proclamar las proezas del Señor,
o expresar toda su alabanza?
Dichosos los que practican la justicia
y hacen siempre lo que es justo.
Recuérdame, Señor, cuando te compadezcas de tu pueblo;
ven en mi ayuda el día de tu salvación.
Hazme disfrutar del bienestar de tus escogidos,
participar de la alegría de tu pueblo
y expresar mis alabanzas con tu heredad.
Hemos pecado, lo mismo que nuestros padres;
hemos hecho lo malo y actuado con iniquidad.
Cuando nuestros padres estaban en Egipto,
no tomaron en cuenta tus maravillas;
no tuvieron presente tu bondad infinita
y se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo.
Pero Dios los salvó, haciendo honor a su nombre,
para mostrar su gran poder.
Reprendió al Mar Rojo, y este quedó seco;
los condujo por las profundidades del mar
como si cruzaran el desierto.
Los salvó del poder de sus enemigos,
del poder de quienes los odiaban.
Las aguas envolvieron a sus adversarios,
y ninguno de estos quedó con vida.
Entonces ellos creyeron en sus promesas
y le entonaron alabanzas.