Me encantan los superhéroes. Las historias de superhéroes son la versión más reciente de los mitos y leyendas que el ser humano siempre ha contado. Es como si estuviéramos programados para querer que haya alguien que sea lo suficientemente parecido a nosotros como para ser relacionable, pero lo suficientemente poderoso como para salvarnos de todo lo que más tememos. ¿Y si ese deseo es un indicio de algo real? ¿Y si todos esos cuentos que contamos son ecos de una historia real, la cual realmente sucedió alguna vez en la historia? Eso es lo que los cristianos afirman acerca de Jesucristo. Analicemos entonces esa afirmación.
“Creemos en Jesucristo, el unigénito Hijo de Dios”. [1]
Los nombres y títulos nos ayudan a comprender la identidad de una persona. Cuando hablamos de Jesús, nos referimos a alguien que, según los principales historiadores, fue una figura histórica real: un hombre judío que vivió en Israel hace 2.000 años. Los cristianos también lo llaman “Cristo”. Ese no es su apellido. Es un título que significa que es el rey designado por Dios para gobernar el mundo, el héroe salvador que las Escrituras judías habían profetizado que vendría.
Pero eso no es todo. Los cristianos también lo llaman “Hijo unigénito” de Dios (Juan 3:16). La palabra “unigénito” es una palabra antigua para referirse a aquel que es único en su tipo. Cuando tienes un bebé, tiene tu misma naturaleza. Es diferente a cuando haces o creas algo que tiene una naturaleza diferente a la tuya. Puedes hornear un pastel, fabricar un automóvil o dibujar una caricatura, pero ninguna de estas cosas compartirá tu ADN como lo hace un hijo. Dios creó el universo, incluyendo las rocas y los árboles, los humanos y los ángeles, pero lo que es creado por Dios no es Dios. No comparte la naturaleza de Dios. Jesús es único: por ser el Hijo unigénito de Dios, comparte plenamente la naturaleza de Dios como nadie más lo hace. Debido a que Dios siempre ha existido, también lo ha hecho el Hijo de Dios (Juan 1:1-3, Hebreos 1:2-3).
Historia del origen
“Fue concebido por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María, verdaderamente Dios y verdaderamente hombre”. [2]
¿Cómo puede un solo ser humano en la historia, un hombre judío, ser Dios? Esa realidad es más grande de lo que podemos imaginar, pero he aquí un ejemplo: Stan Lee fue el genio creador del Universo Marvel de superhéroes. Él también tuvo una aparición en todas las películas de Marvel hasta el día de su muerte. El creador del Universo Marvel se convirtió en un personaje dentro de ese universo. Se incluyó a sí mismo en la historia.
Así es como Dios se incluyó a Sí mismo en la historia al convertirse en un ser humano particular en un tiempo y un lugar determinados (Mateo 1:18-23, Lucas 2:1-7). La concepción de Jesús fue un milagro, pero Él tuvo una verdadera madre humana, María, y de ella obtuvo una naturaleza humana completa: cuerpo, alma, mente y voluntad. La Biblia relata que Jesús nació y creció. Sintió alegría y tristeza, amor y soledad, hambre y sed, cansancio y tentación. Pero Él no vino solo en un papel de invitado. Vino a salvar el mundo que había creado. Vivió como un ser humano que sin pecar complació a Dios para poder salvar al resto de nosotros, que no hemos vivido del mismo modo.
La escena de la muerte
“Murió en la cruz y fue enterrado, para ser un sacrificio tanto para el pecado original como para todas las transgresiones humanas, y para reconciliarnos con Dios”. [3]
Jesús pasó por lo mismo que nosotros, hasta el punto de morir; y no una muerte cualquiera: pasó por la dolorosa y vergonzosa experiencia de ser colgado en una cruz para morir (Mateo 27, Marcos 15, Lucas 23, Juan 19). Por ser quien es, incluso su muerte es para nuestro bien. Por eso la fecha de su muerte se llama Viernes Santo. Él sacrificó su vida sin pecado para cubrir nuestras vidas pecaminosas. Al ser Él, tanto Dios como hombre, su muerte es un medio para volver a unir a Dios y a los humanos.
Final feliz
“Cristo se levantó corporalmente de los muertos, y ascendió al cielo, y allí intercede por nosotros a la diestra del Padre hasta que vuelva para juzgar a toda la humanidad en el último día”. [4]
Al igual que nosotros, Jesús nació y murió. Sin embargo, por ser el Hijo unigénito de Dios, lo que precedió a su nacimiento fue una concepción milagrosa y lo que aconteció después de su muerte fue una resurrección milagrosa. Jesús no permaneció muerto. El Domingo de Resurrección, ¡Él volvió a la vida! No solo está vivo en espíritu (como un fantasma) o semivivo en el cuerpo (como un zombi). Está tan vivo que ya nunca morirá. Y ha prometido que algún día también nos devolverá la vida a todos. Mientras tanto, ese es nuestro consuelo cuando nos enfrentamos a la muerte. No hay ningún lugar al que vayamos (ni siquiera a la tumba) donde Jesús no haya estado y haya vencido.
Cuando Jesús resucitó en su cuerpo, muchos testigos lo vieron. Cuarenta días después partió al cielo en su cuerpo con muchos testigos observando (Hechos 1:9). Algún día regresará en el mismo cuerpo para terminar de salvar al mundo del mal y entonces ¡todos le verán! Mientras tanto, Él está orando constantemente por nosotros. Él es nuestro representante ante Dios Padre.
Jesús nunca dejará de ser completamente humano y completamente Dios. Puesto que Él es humano y Dios para siempre, es la garantía de que los humanos podemos ser rescatados del mal y reconciliados con Dios para siempre. Él es el héroe que necesitamos, el que siempre hemos deseado, incluso cuando no lo sabíamos. Es una historia demasiado buena para ser verdad.
Jerome Van Kuiken es un pastor wesleyano ordenado y profesor de la Escuela de Ministerio y Pensamiento Cristiano de la Universidad Wesleyana de Oklahoma, Bartlesville, Oklahoma.
Preguntas para reflexionar y conversar
- A Jesús se le llamaba el Cristo. ¿Qué significa realmente el término Cristo?
- A Jesús también se le conoce como el “Hijo unigénito”. Esto significa que Jesús comparte la misma naturaleza que Dios. ¿Cuáles son algunas características que Jesús comparte con su Padre?
- A través de la muerte sacrificial de Jesús en la cruz hemos sido reconciliados en nuestra relación con Dios. Reflexiona sobre cómo el sacrificio de Jesús ha cambiado personal y específicamente la trayectoria de tu vida a través de la reconciliación.
- Cuando Jesús resucitó, muchos testigos lo vieron vivo. No solo estaba vivo en espíritu o en forma humana parcial. Era y será siempre completamente humano y completamente Dios. ¿Qué hizo posible para nosotros la resurrección de Jesús?
“La disciplina de La Iglesia Wesleyana 2022”, utilizada con el permiso de Wesleyan Publishing House: Fishers, Indiana.
[1] “La Disciplina de La Iglesia Wesleyana 2022”, pág. 16.
[2] “La Disciplina”, pág. 16.
[3] “La Disciplina”, pág. 16.
[4] “La Disciplina”, pág. 16.