La Biblia es más que literatura, historia o las crónicas de una nación. Es la PALABRA escrita de DIOS para toda persona. Los wesleyanos creemos en la autoridad de la Palabra de Dios, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Son inspirados, infalibles y superiores a toda autoridad humana.

La Palabra de Dios no se originó por la inspiración de una persona humana, sino que las personas predicaron y escribieron inspiradas por el Espíritu Santo (2 Pedro 1:20-21). Aunque fue escrita por diferentes personas y en diferentes épocas a lo largo de la historia, la Palabra nos ha sido transmitida sin corrupción de ninguna verdad esencial.

 Dios nos revela una parte de Sí mismo a través de Su creación y de la conciencia humana (Salmo 19:1-6, Romanos 1:20), pero también decidió revelarnos Su amor, infinita misericordia y Su glorioso plan de salvación a través de las Sagradas Escrituras. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento revelan que la vida eterna nos es ofrecida en última instancia a través de Cristo, el único mediador entre Dios y la humanidad.

La Palabra de Dios es eterna. El profeta Isaías proclama: “La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre” (Isaías 40:8). En un mundo tan cambiante, ¡esto es una buena noticia! Necesitamos la inmutable Palabra de Dios. Su Palabra es segura, firme, verdadera y fiable. Podemos confiar y vivir en ella, porque nunca pasará.

El apóstol Pablo, al escribirle a Timoteo, comparte el propósito y el poder de la Palabra de Dios:

Pero tú permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste. Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra (2 Timoteo 3:14-17).

El propósito y el poder de la Palabra de Dios es para todos nosotros, en todo momento y en cualquier circunstancia, nos ofrece la vida, la verdad y nos capacita para vivir plenamente para Dios.

 

La Palabra vivifica

Las Escrituras han sido otorgadas para “darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:15). Creemos que las Escrituras contienen “todo lo necesario para la salvación”[1] y proveen el camino para vivir mediante la fe y para seguir a Cristo en obediencia.

El propósito de la Palabra de Dios es revelar la vida que se nos ofrece en Cristo. A veces se le llama la carta de amor de Dios, que nos señala el amor de Dios demostrado por Jesucristo en la cruz. Su muerte y resurrección garantizan nuestra salvación del pecado en esta vida, y la promesa de la vida eterna para todos los que creen.

El salmo 119 afirma que Su Palabra trae bendición y pureza, requiere meditación, exige obediencia y otorga eterna orientación y esperanza.

 

La Palabra revela la verdad

El poder de la Palabra de Dios reside en la verdad que proclama. Debido a que la Biblia es inspirada e ideada por Dios, es valiosa para enseñarnos, formarnos y guiarnos en la verdad. Se convierte en la herramienta para reprobar, convencer o reprender, de modo que podamos conocer y seguir la voluntad de Dios.

El Salmo 119:105 declara que: “Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero”. La Palabra de Dios nos hace reflexionar sobre nuestros motivos y actitudes, nos revela lo que hay realmente en nuestro corazón y en nuestra mente. Es “viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12).

Las palabras de la Biblia nos han sido otorgadas para los momentos en que necesitamos dirección, corrección y formación. Pero también puede aportar consuelo, nos afirma las promesas de Dios y nos recuerda quiénes somos en Cristo. La Biblia es reveladora para todas las generaciones venideras.

 

La Palabra capacita para toda buena obra

Pablo comparte la finalidad de la Palabra de Dios en 2 Timoteo 3:17: “a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra”. Cuando leemos la Biblia, Dios nos habla directamente por medio de Su Espíritu Santo, revelándonos lo que es justo y agradable para Él. Pueda que quiera enseñarnos algo, corregir una decisión o acción, o capacitarnos para parecernos más a Cristo. Dentro del cuerpo de Cristo, la Palabra de Dios nos enseña cómo amarnos y edificarnos mutuamente en la fe.

El rey David conocía la importancia de la Palabra de Dios cuando exclamó: “Yo te busco con todo el corazón; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti” (Salmos 119:10-11).

Cuando la Palabra de Dios entra en nuestros corazones y mentes, se convierte en nuestra fuerza y es nuestra arma cuando nos enfrentamos a la tentación de pecar o hacer el mal. ¿Recuerdas cuando Jesús fue tentado por el diablo? Él acudió a la Palabra de Dios para derrotar al enemigo, ¡y nosotros también deberíamos hacerlo! (Mateo 4:4).

Debido a que somos capacitados y fortalecidos por la Palabra, debemos pasar tiempo en las Escrituras cada día, unirnos a un grupo de estudio de la Biblia, memorizar y meditar en las Escrituras, y practicar escribir en un diario para que podamos vivir de acuerdo con solo un libro … la Biblia.

Las Escrituras han sido inspiradas por Dios y nos revelan Su voluntad, que tiene autoridad para dirigir nuestras vidas. El poder de la Palabra es que puede transformarnos. Mientras que algunos libros informan y otros reforman, solo la Biblia puede transformar. Los wesleyanos creemos en el poder de la Palabra de Dios para guiarnos a la vida en Cristo.

Thomas Armiger es Superintendente General Emérito de La Iglesia Wesleyana.

 

Preguntas para reflexionar y conversar

  • Dios eligió revelarnos Su amor, infinita misericordia y Su glorioso plan de salvación a través de las Sagradas Escrituras. ¿De qué manera la Palabra de Dios te proporciona confianza, seguridad y paz en tu vida diaria?
  • “Cuando la Palabra de Dios entra en nuestros corazones y mentes, se convierte en nuestra fuerza y es nuestra arma cuando nos enfrentamos a la tentación de pecar o hacer el mal”. ¿En qué ocasiones la Palabra de Dios ha sido tu fuerza y tu arma cuando te has enfrentado a la tentación? ¿Cómo te sentiste al obtener la victoria a través del poder de la Palabra de Dios?
  • Al ser capacitados y fortalecidos por la Palabra, debemos pasar tiempo en las Escrituras cada día. ¿Cómo es tu tiempo diario en las Escrituras? ¿Cuáles son algunas formas de mejorar tu tiempo en la Palabra de Dios para que sea más efectivo y significativo?
  • ¿De qué maneras concretas has experimentado el poder transformador de la Palabra de Dios en tu vida?

 

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“La Disciplina de La Iglesia Wesleyana 2022”, usada con el permiso de Wesleyan Publishing House: Fishers, Indiana.

[1] “La Disciplina de La Iglesia Wesleyana 2022”, pág. 17.