17 de mayo de 2022
Hechos 9:1-6 NVI
Mientras tanto, Saulo, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas de extradición para las sinagogas de Damasco. Tenía la intención de encontrar y llevarse presos a Jerusalén a todos los que pertenecieran al Camino, fueran hombres o mujeres. En el viaje sucedió que, al acercarse a Damasco, una luz del cielo relampagueó de repente a su alrededor. Él cayó al suelo y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”
“¿Quién eres, Señor?” preguntó.
“Yo soy Jesús, a quien tú persigues” le contestó la voz. “Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer.”