Toda rodilla se doblará
Los wesleyanos creemos que nuestro Dios omnisciente combinará justicia y amor en sus decisiones finales sobre el destino de cada ser humano.
Los wesleyanos creemos que nuestro Dios omnisciente combinará justicia y amor en sus decisiones finales sobre el destino de cada ser humano.
Los wesleyanos esperan con esperanza y anticipación el regreso de Cristo y la resurrección de los muertos.
El matrimonio en la tierra apunta a Jesús, la cabeza de la iglesia (Efesios 1:21-22), quien espera ansiosamente para reclamar a su novia (los creyentes) y unirnos a Él para siempre.
Las buenas obras brillan en la oscuridad y revelan en el silencio la bondad de Dios.
El bautismo y la Cena del Señor son medios de gracia para que entremos (y permanezcamos) en la historia de Dios.
Los dones del Espíritu revelan a la humanidad redimida que testifica sobre el amor y la vida de Dios a través de nuestra unidad.
Juntos somos la iglesia para que cada uno de nosotros sea enviado como iglesia al mundo.
La obra santificadora de Dios a través del Espíritu Santo desatado en nuestras vidas hace posible para ti y para mí una vida de amor centrada en Cristo.
Aprender a escuchar la voz del Espíritu lleva tiempo, pero está susurrando constantemente: “Eres amado, eres perdonado, eres hijo de Dios”.
El sacrificio voluntario de Jesús ofrece la expiación final y única suficiente por el pecado de la humanidad.
La fe y el arrepentimiento son vitales para vivir con plenitud la gracia y los propósitos que Dios tiene para ti y para mí.
La única esperanza y salvación para esta pandemia viral de pecado es el toque sanador de nuestro Salvador.
Dios nos invita a vivir una vida radical de obediencia y amor.
La Biblia revela poderosamente la historia de Dios y nos conduce a la vida en Cristo.
La persona del Espíritu Santo es el aliento que anima y renueva nuestras vidas.
Todos los héroes tienen una historia, pero la de Jesús es realmente épica y demasiado buena para ser cierta.
Dios es nuestro Padre, es la metáfora más poderosa en la cual Dios nos ayuda a empezar a verlo a Él y a nuestra relación con Él con mayor claridad.
La doctrina de la Trinidad nos invita a apoyarnos en Dios y Su Palabra, buscando comprender para edificar nuestra fe.