Para el reverendo Héctor Ramírez, de la Iglesia Cristiana el Buen Pastor (ICBP) de Mesa, Arizona, las palabras de Jesús: “Era forastero y me invitasteis a entrar” son más que una buena enseñanza; son la piedra angular de su ministerio. Ese testimonio fiel ha atraído el cariño de su comunidad, la colaboración con su ciudad y dos grandes universidades, y la oposición de manifestantes armados.

Cada semana, los autobuses enviados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) traen a nuevos inmigrantes a la ICBP. En 2018, la ICBP empezó a recibir a familias inmigrantes y a proporcionarles un lugar seguro donde refugiarse y reabastecerse mientras planeaban su futuro en un nuevo hogar.

“Les ofrecemos comida, ropa limpia, un lugar donde bañarse o un espacio donde pasar la noche”, explica el reverendo Ramírez. Más allá de las necesidades inmediatas, la iglesia ayuda a los inmigrantes a ponerse en contacto con sus familiares y a conseguir pasajes de avión para sus próximos destinos. Los voluntarios de la iglesia también transportan a los inmigrantes al aeropuerto, asegurándose de que no tengan que emprender el viaje solos.

Para el reverendo Ramírez, este tipo de ministerio es personal: recuerda lo que sintió cuando Dios proporcionó a personas que le guiaran hacia un nuevo comienzo. “De niño sufrí mucho por la falta de recursos económicos, a veces dormía en la calle y caí en serios problemas”, reflexionó. “Pero el Señor, en su infinito amor, me rescató y me libró de vicios muy feos, y desde que Dios me rescató… estoy llamado a servirle con todo mi corazón, y le sirvo desde 1975”.

La ICBP ayudó a casi 2.300 personas entre su apertura en 2018 y el inicio de la pandemia de COVID-19; pero la pandemia alteró significativamente el panorama de la migración. “La situación ha cambiado mucho, ya que menos familias están viniendo”, señala el reverendo Ramírez. Pero a pesar de la reducción del número de migrantes, la ICBP sigue ayudando a las familias que llegan a su congregación.

Sin embargo, esa misión no está exenta de resistencia. El panorama político en torno a la inmigración ha hecho que la iglesia se enfrente a diversas amenazas externas. “Una vez hubo lo que pareció un ataque en el estacionamiento de nuestra iglesia por trabajar con inmigrantes”, recuerda el reverendo Ramírez. Grupos anti-inmigrantes, armados y vestidos con ropa militar, protestaron frente a la iglesia, intentando intimidar a sus miembros y prohibirles que celebraran el culto religioso.

La presión financiera que implica ayudar a tantos necesitados ha obligado al Reverendo Ramírez y a otros líderes a hacer un llamado constante para conseguir donativos. No obstante, el espíritu y la generosidad de la comunidad han brillado con luz propia. La ciudad de Scottsdale ha apoyado el proyecto del reverendo Ramírez para ayudar a proporcionar alojamiento a las familias inmigrantes, y un representante se puso en contacto con la Universidad Estatal de Arizona (ASU) y la Universidad de Washington (UW) para ver si estaban dispuestas a colaborar con la ICBP.

Después de una visita, y la oportunidad de ver el impresionante trabajo que Dios está haciendo en la ICBP, las universidades y el Rev. Ramírez elaboraron un plan integral para la construcción de viviendas, con un costo total estimado en 2.3 millones de dólares. ASU y UW están ayudando a asegurar la financiación, con el objetivo de comenzar la construcción en 2025.

“Los profesores de arquitectura de ASU y UW están aprovechando el proyecto de Mesa como una forma de involucrar a sus estudiantes y hacer un bien muy necesario para la comunidad”, dijo el reverendo Dr. Billy Wilson, superintendente del distrito de Mountain Plains. “Solicitarán subvenciones y ayudas en nombre de la iglesia y planean ayudar con el diseño, la interconectividad y, potencialmente, la construcción. Se trata todavía de conversaciones preliminares, pero tienen el potencial de producir resultados que cambien vidas”.

El deseo del Rev. Ramírez es poder “proporcionar un lugar más cómodo y de calidad para las familias migrantes a las que servimos cada semana”. Mientras él y su equipo continúan en esta importante labor, anhelan que continúen las oraciones por el proyecto de construcción, y por la gracia de Dios en la provisión de las personas, las asociaciones y el tiempo que necesitan para continuar sirviendo en el nombre de Jesús.

Para conocer más historias de vidas, iglesias y comunidades transformadas, visita wesleyan.org/news.

El Rev. Ethan Linder es pastor de discipulado en College Wesleyan Church en Marion, Indiana, y editor colaborador en la División de Educación y Desarrollo Ministerial de La Iglesia Wesleyana.